Colección de 20 tarjetas postales de las que aquí presentamos de la 11 a la 20, de 140 x 91 mm impresas hacia 1900 en Madrid sobre cartulina con fotografías que narran una historia donde un sacerdote escribe para una muchacha analfabeta una carta de amor, todas las fotografías se realizan en la misma habitación donde aparece un escritorio, diversos muebles, un reloj de pared y cuadros, siendo el principal el de enfrente donde aparece la cucifixión de Jesucristo. En el escenario están el cura y la muchacha que cambian de pose en cada una de ellas en función del texto.
El beso aquel que de marchará á punto
te dí... ¿Como sabéis...?
Cuando se va y se viene y se está a punto,
siempre...no os afrentéis.
Y si volver tu afecto no procura,
tanto me haras sufrir....
¿Sufrir y nada más? No, señor Cura,
¡Que me voy a morir!
- ¿Morir? ¿Sabeis que es ofender al cielo?
- Pues sí, señor, ¡morir!
- Yo no pongo morir
- ¡Qué hombre helado!
-¡Quién supiera escribir!
Escribirle, por Dios que el alma mía
ya en mi no quiere estar;
que la pena no me ahoga cada día...
Porque puedo llorar.
Que mis ojos, que él tiene por tan bellos
cargados con mi afán,
como no tienen quien se mire en ellos,
cerrados siempre estan.
Que siendo por su causa, el alma mía
¡Me encanta tanto sufrir!
Dios mío, ¡cuantas cosas le dirían!
¡Si supiera escribir!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Pues señor, ¡bravo amor! Copia y conclusión:
Un Don Ramón ...
Finalmente,
que es inútil saber para esto arguyo
ni el griego ni el latín.
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